Hablar de que la gastronomรญa andaluza es rica y variada es casi un tรณpico; se habla de ella porque estรก de moda hacerlo, sรญ, pero tambiรฉn porque la comida y todo lo que conlleva son algo intrรญnseco a nuestra cultura y nuestro carรกcter. Y tambiรฉn es uno de los motores de nuestra economรญa, que no es un hecho baladรญ.
Cuando hace unos meses, en Desafรญo Lab, se cruzaron los astros y tuve la suerte de conocer a Elรญas, no imaginaba que me llevarรญa a disfrutar de unas Jornadas Gastronรณmicas tan interesantes como las que organizรณ en honor de San Antonio en el pueblo sevillano de Pedrera. Cierto es que algo percibรญ, pero la experiencia me ha enseรฑado que de la percepciรณn al proyecto hay un trecho y del proyecto a los hechos otro todavรญa mas grande. Pero, en este caso, las cosas se alinearon (a base de trabajo y trabajo) y los hechos superaron a las expectativas.
Aunque adornar las cosas es algo muy fรกcil (demasiado), especialmente con palabras; asรญ que yo aquรญ me voy a limitar a contar lo que vivรญ ese dรญa en Pedrera, a quien conocรญ, a quien redescubrรญ, y que fue lo que las jornadas nos aportaron a todos los asistentes.
El programa, puesto en papel, era muy prometedor: